En artículos anteriores hemos subrayado la importancia de los sistemas de videoconferencia y su omnipresencia en la vida corporativa. Desde un punto de vista técnico, soportar de manera eficiente estas herramientas en una infraestructura corporativa, así como los flujos de red relacionados, es una tarea que crea escenarios interesantes, aunque a veces complejos. Uno de los aspectos que muchas veces no se percibe es que la elección de la plataforma es fundamental, los distintos productos pueden ofrecer modos de funcionamiento (en términos arquitectónicos) radicalmente distintos y condicionar las opciones de configuración de la infraestructura.

De hecho, todo el tráfico generado por las sesiones simultáneas de los usuarios recae en las infraestructuras corporativas, que soportan el trabajo de decenas, cientos o miles de trabajadores. No solo. En la mayoría de los casos, estas infraestructuras se administran convenientemente a través de recursos centralizados (en servidores locales o en la nube) que se asignan y comparten entre los diferentes usuarios para optimizar la administración general de TI de la organización, por ejemplo, mediante el uso de la tecnología de virtualización de escritorio (VDI). En estos casos, la carga computacional de codificación y decodificación de cada flujo de audio-video solicitado por cada usuario recaería naturalmente en la máquina virtual relacionada y, en consecuencia, la carga general de todos los flujos se concentraría en el mismo servidor corporativo encargado (nodo terminal también del tráfico relacionado generado por la aplicación). Por lo tanto, esto implica un consumo global potencial extremadamente alto de recursos cuando el uso de herramientas de colaboración en la empresa es frecuente y generalizado.

Por ello, las principales tecnologías presentes desde hace años en el mundo de la virtualización han puesto a disposición soluciones a medida de las principales aplicaciones de videoconferencia para optimizar su gestión global en grandes infraestructuras VDI. Estas optimizaciones permiten la «descarga» y el «peer to peer» de flujos de audio y video después de iniciar la llamada. En concreto, la carga computacional se «descarga» del servidor que está exento de ella, delegando la carga a los dispositivos locales. Una vez realizada la llamada, estos se ponen en comunicación directamente entre sí como pares, mediados por el servidor global de la aplicación de colaboración. Finalmente, la herramienta de optimización compone el flujo de video relacionado con el escritorio virtual directamente «en la pantalla» del usuario final, llenándolo con lo relacionado con el área de aplicación de videoconferencia, sin tener que pasar por el servidor de la máquina virtual.

Por ejemplo, tanto Citrix como VMware tienen paquetes de optimización fácilmente disponibles para manejar soluciones de videoconferencia líderes en el mercado, como Zoom, Microsoft Teams y Cisco WebEx.

Estas optimizaciones simplemente requieren la instalación del lado del cliente (estación de usuario) de plugins/add-ons, que han sido puestos a disposición para endpoints con sistemas operativos basados ​​en Windows o en Linux. Praim proporciona estos complementos ya integrados en su hardware y firmware, tanto con sistema operativo Windows 10 IoT como con ThinOX, o la posibilidad de distribuirlos en todas las estaciones de trabajo a través de la consola de gestión ThinMan.

Además de la aplicación de estos complementos, también se requieren algunas precauciones adicionales. De hecho, algunos de estos componentes requieren una compatibilidad específica entre la versión del plugin y la de la aplicación de colaboración (servidor) en uso. Además, se deben gestionar otras configuraciones de la parte VDI que las diversas empresas describen bien en sus páginas de documentación (dependiendo del caso, puede ser necesario deshabilitar algunos tipos de redirección, activar canales virtuales, etc.). Finalmente, cabe recordar que estas optimizaciones conectan directamente a los pares a través de Internet, por lo que la configuración de los firewalls corporativos también hay que tener en cuenta los cambios, permitiendo que los endpoints lleguen directamente al servidor de aplicaciones en Internet a través de puertos específicos a configurar.

En lo que respecta a las herramientas de colaboración basadas en la web, existe una posibilidad interesante, gracias a la función llamada Browser Content Redirection. Esta permite que ciertas direcciones web especificadas en las políticas de ACL (por ejemplo, de Citrix) se reproduzcan en el endpoint. El navegador local se superpone al navegador de la sesión remota, de forma transparente para el usuario. En este caso, se debe prestar atención a las ACL de los sitios a redirigir, especialmente en lo que se refiere a la sesión de autenticación.